¿Qué es la Apnea del Sueño?
La apnea del sueño es un trastorno del sueño potencialmente grave en que la respiración se detiene y recomienza repetidas veces. Si roncas sonoramente y sientes cansancio incluso después de una noche completa de sueño, puede que padezcas este trastorno.
Los principales tipos de apnea del sueño son los siguientes:
– Apnea obstructiva del sueño: Es la forma más común, que ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan
– Apnea central del sueño: Ocurre cuando el cerebro no envía señales correctas a los músculos que controlan la respiración
– Síndrome de apnea del sueño compleja: También denominado apnea central del sueño emergente del tratamiento, que ocurre cuando alguien tiene apnea obstructiva del sueño y apnea central del sueño
– Si crees que puedes padecer de cualquiera de estos trastornos, consulta con el médico.
El tratamiento puede aliviar los síntomas, y podría ayudar a prevenir problemas cardíacos y otras complicaciones.
Síntomas de la Apnea del Sueño:
Los signos y síntomas de la apnea obstructiva y la apnea central coinciden, por lo que a veces es más difícil determinar el tipo. Los signos y síntomas más comunes de la apnea obstructiva y la apnea central incluyen los siguientes:
- Ronquidos fuertes
- Episodios en los que dejas de respirar durante el sueño (lo cual señala otra persona)
- Jadeos al respirar durante el sueño
- Despertarse con la boca seca
- Dolor de cabeza por la mañana
- Problemas para mantenerse dormido (insomnio)
- Sensación de sueño excesiva durante el día (hipersomnia).
- Dificultad para prestar atención mientras estás despierto
- Irritabilidad
Factores de riesgo
La apnea del sueño puede afectar a cualquiera, incluso a los niños. Sin embargo, determinados factores incrementan el riesgo.
Sobrepeso.
La obesidad aumenta en gran medida el riesgo de apnea. Los depósitos de grasa alrededor de las vías respiratorias superiores pueden obstruir la respiración.
Circunferencia del cuello.
La gente con cuello grueso puede tener las vías respiratorias más estrechas.
Vías respiratorias estrechas.
Puede que hayas heredado una garganta estrecha. Las amígdalas o las adenoides también pueden agrandar y bloquear las vías respiratorias, especialmente en los niños.
Ser hombre.
Los hombres son dos o tres veces más propensos a padecer este trastorno que las mujeres. Sin embargo, el riesgo aumenta en las mujeres con sobrepeso, y pareciera que el riesgo también aumenta después de la menopausia.
Ser mayor.
Este trastornos del sueño ocurre con mucha más frecuencia en adultos mayores.
Antecedentes familiares.
Tener miembros de la familia con apnea del sueño puede aumentar el riesgo.
Consumo de alcohol, sedantes o tranquilizantes.
Estas sustancias relajan los músculos de la garganta, lo que puede empeorar la apnea obstructiva.
Tabaquismo.
Los fumadores tienen tres veces más posibilidades de presentar apnea obstructiva que las personas que nunca fumaron. Fumar puede aumentar la cantidad de inflamación y la retención de líquidos en las vías respiratorias superiores.
Congestión nasal.
Si tienes dificultades para respirar por la nariz (ya sea por un problema anatómico o por alergias) es más probable que desarrolles una apnea obstructiva.
Afecciones.
La insuficiencia cardíaca congestiva, la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2 y la enfermedad de Parkinson son algunas de las afecciones que pueden aumentar el riesgo de apnea obstructiva. El síndrome de ovario poliquístico, los trastornos hormonales, los accidentes cerebrovasculares previos y las enfermedades pulmonares crónicas como el asma también pueden aumentar el riesgo.